Sofosbuvir o la vida

Luis Ferrer i Balsebre
Luis Ferrer i Balsebre EL TONEL DE DIÓGENES

OPINIÓN

11 ene 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Quiero creer que es verdad que vivo en un gran país que dispone de una de las mejores asistencias sanitarias del mundo.

Quiero creer que los casi ochocientos mil pacientes afectados de hepatitis C sobre los que pende una espada de Damocles de virus y transaminasas son un número suficiente como para tenerlos en cuenta.

Creo que en medicina hay pocos remedios con vitola de ser totalmente curativos -la mayoría solo palian o alivian la enfermedad-; y sé que el Sofosbuvir es uno de esos pocos hallazgos «con hueso» capaces de eliminar una enfermedad grave que amenaza la vida.

Quiero creer que miles de ciudadanos y sus respectivas familias, cuya vida depende del acceso al fármaco, son un número de votantes más que suficientes como para que los partidos de la oposición hagan de ellos bandera reivindicativa.

Quiero creer que nuestros actuales gobernantes están haciendo todo lo posible por facilitar el acceso a la tranquilidad de vivir a tanta gente y que no están cayendo -una vez más- en esa dilación tan habitual del partido del Gobierno, que lo único que reporta es angustia en los afectados y pérdida de votos.

Quiero creer que cincuenta mil afectados graves cuya vida vale ochocientos millones son más importantes que todas las crisis financieras y operaciones de rescate de entidades que no tienen cara ni virus que les estén destrozando el hígado.

Creo que me importan un pimiento todas las cifras macroeconómicas si hay miles de conciudadanos cuya existencia depende de una partida extra.

Creo que el justo beneficio de una multinacional no puede ser a costa de condenar a muerte o a una penosa calidad de vida a gente que necesita de sus productos. No es legal, ni ético ni moral, y va en contra de nuestra Constitución y de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

Creo que no es justo que nadie en este gran país tenga que pedir un crédito para salvar su vida cuando probablemente ya ha pagado suficiente para salvar al mismo banco que tiene que financiar su curación.

Quiero creer que el flamante nuevo ministro de Sanidad estará de acuerdo conmigo y será capaz de dar una respuesta pronta y eficaz a toda esta injusticia y sinrazón.

Quiero creer que ningún Gobierno puede permitir que nada ni nadie amenace a sus ciudadanos con un: «Sofosbuvir o la vida».

Quiero creerlo.