Batallas de Pedro Sánchez

Carlos G. Reigosa
Carlos G. Reigosa QUERIDO MUNDO

OPINIÓN

01 dic 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, parece dispuesto a librar personalmente la batalla mediática contra los principales líderes de otros partidos, aún a riesgo de desatender la organización de la propia batalla que el PSOE debería dar como el gran partido político que es. Asoma así un liderazgo individual que parece destinado a contrarrestar los efectos de otros liderazgos concentrados que tienen por objeto ponerle rostro a formaciones en lucha por abrirse paso con una identidad reconocible.

Es razonable -e incluso elogiable- la rapidez con que Sánchez se pronuncia (no siempre con acierto) sobre los asuntos más preocupantes y de mayor actualidad. Pero creo que sus mensajes serían más eficaces si fuesen más precisos y se complementasen con explicaciones de otros compañeros de partido. Trasladaría así la idea de que dirige un equipo de políticos preparados para encarnar una alternativa o relevo en el Gobierno.

Es verdad que la llegada de Pedro Sánchez al frente del PSOE constituyó una sorpresa, pero esto no cambia los términos actuales de la ecuación. Mayor sorpresa constituyó en su día la llegada de Felipe González en el Congreso de Suresnes. Lo que ahora importa es que el actual secretario general no se enrede haciendo alardes de ocurrencias. Nadie le niega sus méritos en campaña ni el cargo que ostenta. Pero donde ahora tiene que medirse es en la renovación y crecimiento del PSOE, que debe vivir días mejores y lograr más apoyos. En este territorio se va a jugar de verdad su liderazgo, y su objetivo debería ser conseguir una rápida e incontestable recuperación del partido.

Digo todo esto porque aún veo más vocación que logros en su proceder. Su verdadera batalla no ha de ser individual, sino colectiva y clara, debería saberlo. Como debería saber que solo la mejoría social de su partido logrará consolidar su liderazgo. De momento asistimos a un espectáculo demasiado monocorde y previsible: Sánchez concentra sus ataques en Rajoy, sin darse por enterado de la existencia de quienes, por su izquierda, no paran de lanzarle zarpazos envenenados. Antes o después, el líder socialista deberá abrir también este frente y aceptar la confrontación. Porque el futuro va de esto.