Izas, rabizas

Ramón Pernas
Ramón Pernas NORDÉS

OPINIÓN

27 sep 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

Y colipoterras. Así tituló Camilo José Cela uno de sus textos más celebrados. Basado en un estrofa de un poema del Cancionero de Amberes, glosaba Cela a las hurgamanderas y putarazanas antes, mucho antes de que estuvieran incluidas como actividad económica clandestina en el PIB patrio.

Seguimos instrucciones de Bruselas, argumentan las autoridades económicas, para contemplar a las trabajadoras de la profesión más antigua del mundo en las estadísticas maquilladas de la crisis, en el apartado del narcotráfico y el contrabando de tabaco.

Estiman en 9.200 millones de euros, así, a ojo como quien dice, basándose en cálculos estimativos, la factura, el dinero incluido en este capítulo.

Seiscientas mil prostitutas son las que cuantifica el INE dividiéndolas en varios grupos, que van desde quienes hacen la calle hasta quienes trabajan en clubes de carretera o urbanos, en hipermercados del sexo, o en sofisticadas saunas. La encuesta ofrece subdivisiones según la procedencia de las lumis, las tarifas y el tipo de servicios que ofrecen. No pienso escribir ni una línea moralizante, ni suscribir ninguna tesis ilustrativa que resulte políticamente correcta.

Lo que no tengo tan claro es la valoración que se hace sobre el montante económico del narcotráfico, que de entrada es una actividad económica clandestina, ilegal y perseguida. Al fin y al cabo la prostitución está tolerada y resulta evidente su oferta en luces de neón salpimentadas en todas las carreteras y autovías del país.

Supongo que la cuenta de resultados de la fariña, del caballo y de los «cigarros de la risa» se mide realizando las cuentas de la vieja o la regla de tres de estimar que solo el cinco por ciento de lo incautado, de lo aprehendido, se puede cuantificar en euros constantes. Y, por consiguiente, el noventa y cinco por ciento restante totaliza una importante cantidad.

Galicia en cocaína, hachís, y heroína mantiene un importante superávit y contribuye de forma notable en el incremento del PIB del Estado. Es un triste récord, como tristísimo ha sido el número de víctimas, de rapaces gallegos muertos de sobredosis.

El tabaco está de capa caída. El contrabando de cigarrillos es una actividad casi residual, fue la arqueología industrial que se pasó con sus redes al tráfico de estupefacientes. Las rías gallegas delimitaron la geografía de las planeadoras, el mapa de las descargas nocturnas por donde antes se contrabandeaba con tabaco.

Hoy los cigarrillos se pasan de matute desde Gibraltar y Andorra y se venden al pormenor en el estanco clandestino del mercado vigués de La Piedra.

Las sufridas trabajadoras del sexo, explotadas y vilipendiadas , las putas tristes de García Márquez, se han convertido en un nuevo epígrafe de la riqueza nacional, las celianas izas, rabizas y colipoterras.