Isidoro

Ramón Pernas
Ramón Pernas NORDÉS

OPINIÓN

20 sep 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

Con el mismo nombre tuve dos presidentes. Ambos transformaron España. Uno utilizó en la clandestinidad el nombre del obispo sevillano, quizás por su origen. Lo abandonó pronto para convertirse en Felipe González, presidente socialista del Gobierno de España.

El otro ha sido Isidoro Álvarez, presidente de El Corte Inglés. Mi admirado jefe ya descansa para siempre en la iglesia madrileña de San Ginés, a pocos metros de la primera tienda, origen de los grandes almacenes, de la piedra fundacional, del Mayflower que arribó hace algunas décadas al número 3 de la calle de Preciados.

Mi añorado presidente sabía que solo los grandes estrategas, como Napoleón Bonaparte, una de sus pasiones intelectuales, son capaces de hacer que cambie el rumbo de la historia, conocía que solo con esfuerzo, con trabajo y con tesón se alcanzan los objetivos. Que con la suma de estrategia y táctica se pueden acometer las mas grandes empresas. A Bonaparte solo lo derrotó el general invierno, lo venció la naturaleza, que es siempre un enemigo imbatible, a mi presidente solo la muerte le impidió que siguiera haciendo del trabajo, y de la compañía que presidió durante 25 años, el eje de todos sus sueños.

Combatió sin desmayo esta crisis, que parece enquistarse sin dejar ver luminosidad de la salida prevista, y mantuvo pese a los rigores y a los dictámenes llenos de obviedades, una plantilla de casi cien mil trabajadores. Fue un empeño personal de Isidoro Álvarez. Un hombre que ejercitó una austeridad franciscana en su modelo de vida, que nunca dejó, no consintió, que los focos de la frivolidad deslumbraran su mirada.

Siento sinceramente su pérdida, la pérdida de un hombre que supo apostar por la innovación, por todas las acepciones de I+D+i, por el valor sagrado de la cultura, por la tremenda y callada inversión que la Fundación Areces realiza en investigación tecnológica, en el mundo de la ciencia, siempre desde la discreción, que fue una de las características de su presidencia.

Isidoro sabía que la cultura hace a los pueblos grandes, libres y poderosos, y que nunca es solo un gasto, sino una inversión.

Hoy hay ya un nuevo presidente en El Corte Inglés. Sigue la estela de quienes le precedieron desde los vínculos familiares que han hecho de Dimas Gimeno la cuarta generación al frente de El Corte Inglés.

La hoja de ruta ha sido trazada.

Estaba en la compañía desde hace una década. Tendrá que poner su acento personal en El Corte Inglés de este siglo todavía balbuceante. Tendrá que pasar de Galbraith a Piketty y sus análisis del nuevo capitalismo. Llega con ese aire fresco que entra por las ventanas de su generación. Este ya no va ser aquel país que tendrá que reinventarse corrigiendo las tesis de Lampedusa, que se equivocó cuando señaló que lo nuevo no comienza a nacer.

De Isidoro a Dimas, idéntico reto para hacer crecer una corporación a punto de convertirse en centenaria. Siento muy sinceramente la pérdida de Isidoro Álvarez. Mi presidente.