Recortar donde más duele

Manuel Lago
Manuel Lago EN CONSTRUCCIÓN

OPINIÓN

11 jul 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

La protección a los desempleados se desplomó en los últimos cuatro años: si en el 2010, de cada cien parados con experiencia laboral inscritos en el SEPE algo más de 78 tenía prestaciones, ahora son tan solo 58: una caída de 20 puntos, que equivale a una reducción del 26 %.

Esta caída en la tasa de cobertura -que es un cociente entre el número de beneficiarios y el número de desempleados potencialmente con derecho a prestación- refleja que el número de personas con protección se reduce mucho más que el número de parados.

En mayo del 2014 hay 549.432 personas menos con protección que en mayo del 2010, mientras que el número de desempleados protegibles, tal y como está definido el acceso al sistema, aumentó en 411.411 personas. La consecuencia es que ahora hay 1.807.583 personas excluidas de la protección, el doble que en el 2010.

Menos personas con protección y una protección de peor calidad, porque cada vez tienen menos peso las prestaciones contributivas y ganan presencia las prestaciones asistenciales.

En mayo del 2009, de cada cien parados con protección, 66 recibían una prestación contributiva y en mayo del 2014 ya solo son 43. En cinco años, el peso de las prestaciones de más calidad pierde el 35 %.

Y exactamente lo contrario, lógicamente, ocurre con las prestaciones asistenciales, que pasan del 34 % en el 2009 a ser más del 57 % en el 2014: si antes uno de cada tres parados con cobertura tenían un subsidio, ahora ya son más de uno de cada dos. Y subiendo mes a mes.

La razón es obvia: cada vez tiene más presencia el paro de muy larga duración -más de dos años-, plazo a partir del cual se agotan las contributivas y se empiezan a cobrar las prestaciones asistenciales, en los casos en los que se tiene derecho.

Este cambio en la composición de las prestaciones está provocando una reducción muy importante en el gasto por beneficiario. En mayo del 2009 el gasto por persona -que además de la prestación incluye las cotizaciones a la Seguridad Social- era de 1.036 euros al mes. En mayo del 2014 esa cifra es de 825 euros al mes, por lo tanto el gasto por persona se ha reducido el 20 % en términos nominales, una reducción que equivale al 29 % en términos reales si se tiene en cuenta la variación de los precios en ese período.

Pero hay más. El recorte que realizó el gobierno de Rajoy en julio del 2012 ha provocado una caída también en las prestaciones contributivas, al bajar del 60 % al 50 % su cuantía: en el 2012 era de 865,2 euros al mes y ahora es de 814,20. En dos años, los que coinciden con la reforma de las prestaciones, la cuantía media se ha reducido el 6 %.

Así, con menos desempleados protegidos y recortándole las prestaciones, es como Montoro va a reducir el gasto en desempleo en 6.000 millones de euros para pagar su rebaja fiscal. No porque haya menos personas en paro, sino porque cada vez están más desprotegidas.