¿A quién engañan?

Ernesto Sánchez Pombo
Ernesto S. Pombo EL REINO DE LA LLUVIA

OPINIÓN

28 jun 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Cada mañana, la jueza Pilar de Lara, mientras se toma el café y el bollo de leche, se entretiene repasando el censo de Galicia y piensa: a ver a quién imputo o acuso hoy. En la B, Baltar y Barreiro; en la C, Calvo: con la F, Flores; en la O, Orozco; con la P, Prado y con la R, Rodríguez. Y mañana más. Sin perder tiempo encomienda a los señores de Vigilancia Aduanera, que por lo visto no tienen otra cosa que hacer y son unos insensatos, la elaboración de pruebas para formular sus acusaciones. Y como han leído mucho a Julio Verne y a Jack London, se inventan entregas de sobres, de botellas, de relojes; entrevistas en los bajos fondos de los aeropuertos y conversaciones que resultan obscenas e insoportables.

Esto es lo que quieren que nos creamos, cuando nos dicen que estoy indignado, yo no sé nada, no sé quien es Tutor y lindezas por el estilo. Para esto están todos de acuerdo. Y todos muy indignados. Los imputados, los investigados, los grabados, los seguidos y los que los protegen y apelan a la falta de rigor de la Justicia. Y quieren hacernos ver que son tan honestos y tan dignos que lo que hay es una conspiración para acabar con ellos. Así llevamos años. Cada vez que aparece una grabación, una acusación o una prueba, salen en masa a decir sin rubor que todo es un montaje. Probablemente a ellos sí, pero ni a usted ni a mí nos agrada que nos tomen por necios. Y eso es lo que ocurre cada vez que sitúan el objetivo en la jueza y en los medios. Están dedicados en exclusiva a enmarañarnos en una red de mentiras para tapar sus tejemanejes. Antonio Aparisi y Guijarro, colega de profesión, escribió a mediados del XIX: «El hipócrita se toma frecuentemente más trabajo para hacerse hombre de bien que esfuerzos necesitaría para serlo». Estos no hacen ni el mínimo empeño es ser decentes.