Recientemente se han reunido en Washington responsables de la Defensa de EEUU y Francia. Se les reprochó a los franceses la inmediata venta de dos buques de asalto anfibio, clase Mistral, (Parecidos al Juan Carlos I) que se utilizan para la proyección de poder naval sobre tierra. Políticamente esta operación comercial, conseguida por Sarkozy a Putin, a la que también había optado España, hoy está considerada por EEUU como un mensaje a los rusos de debilidad que un país occidental envía a Rusia, después de las agresiones a Ucrania con la ocupación de Crimea, a cuyos puertos van a ser destinados en el Mar Negro.
El ministro Laurent Fabius respondió que esta venta no se va a decidir hasta octubre, pero que la venta supone mas de cien mil millones de euros y varios miles de puestos de trabajo. A lo que los norteamericanos respondieron que estos buques podrían embarcar infantería de marina para ser apoyada con helicópteros armados con misiles, en apoyo de futuras agresiones rusas.
Ello facilitado por un país aliado en la OTAN constituye una anomalía para la defensa en el Mar Negro donde están países aliados como Turquía, Rumania y Bulgaria, además de países candidatos como son Georgia y Ucrania. A ello respondieron los franceses que si se anulase la venta, esta ocasión podría ser aprovechada por Holanda o España que construyen este mismo tipo de buques de asalto anfibio. Además se perdería un contrato para otros dos buques más.