El conformismo es como el cloroformo. El conformismo es la filosofía que más nos venden. Es la filosofía más rápida para vivir como un insecto. Soñamos con incendiar la vida, mientras lo único que hacemos es apagar las velas de los cumpleaños. Y no nos damos cuenta de que estamos entregando, rendidos, los mejores años de nuestra vida. La luna creciente corta como una vela el viento de la noche. Pero nosotros no queremos que nuestras vidas crezcan. El conformismo tiene como mejores aliados el consumo, que nos consume, y la televisión, que nos mantiene en el sofá, con la cabeza doblegada a la corriente que manda. Una decisión invalida mil futuros, pero es una decisión. Una decisión invalida mil futuros, creo que lo decía Octavio Paz. Y tenía razón. Pero las encrucijadas están para tomar caminos, no para quedarse en el cruce pasmando y pasmados. Tengo la suerte de poder decir que mis padres son mis personajes históricos favoritos. Ellos tuvieron que levantar un imperio, su familia, desde la nada. En una España dura, tan dura como esta. Lo que nunca hicieron fue quedarse parados, esperando regalos o dádivas. Alguien dijo que las locuras son las únicas cosas que no lamentamos jamás.