Collet-Serra lo ha hecho otra vez. Más de veinte millones de dólares y, de nuevo, rey de la taquilla en Estados Unidos con su nueva película, Non-Stop. Para que luego digan que el talento español no triunfa en el mundo. El director ha conseguido por segunda vez lo que otros autores más consagrados como Amenábar o Bayona no lograron. Y lo ha logrado con la que ya es su pareja de hecho para su cine de acción, Liam Neeson. Si con Sin identidad nos dejaron sin respiración, ahora Collet-Serra mete en un avión a Neeson como policía privado de la compañía. Hasta aquí bien. El lío empieza cuando Neeson recibe un mensaje de móvil: o la compañía paga 150 millones de dólares o cada veinte minutos muere un pasajero. Dice el español que explotó su miedo a volar para contar esta historia que tiene como único plató el interior del avión. El resto es adrenalina a tope, tan a tope que así se formaron las colas en Estados Unidos que lo llevaron al primer puesto. Y ahora, en España, si quieren pasar un rato con el corazón convertido en una granada de mano a punto de estallar, vayan a ver por qué el talento español triunfa en Hollywood. El buen trabajo no entiende de nacionalidades.