Los comanches invaden Vetusta

Xose Carlos Caneiro
Xosé Carlos Caneiro EL EQUILIBRISTA

OPINIÓN

14 abr 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Después de leer La Regenta uno no siente deseos de conocer Vetusta, antigua, longeva, la ciudad donde discurren las peripecias de Clarín. Si uno sufrió el partido del miércoles pasado y es seguidor del Barcelona, se le arrancaron las ganas de ver a su equipo (Vetusta). El Barça: anciano. Messi salió a disfrutar un paseo sobre la hierba. Iniesta vivía sin vivir en él, como si la blancura de piel lo tornase evanescente. Cesc, Xavi y Busquets, vacilantes sobre el hilo del mediocampo, parecían funambulistas con zapatos de clown. La defensa era un baile de máscaras venecianas: morosas y flemáticas. El Barcelona en Europa (que es donde se gana o pierde el prestigio, y no en Granada) ha caído contra un equipo al que le sobra coraje: sustancia que no se cultiva en Sant Joan Despí. Vetusta ha sido conquistada por los comanches del Manzanares. Basta una mirada de Simeone, que fue futbolista zapador y es técnico que maneja dos ideas (defender y correr) para que sus espartanos se electrifiquen. En la banda, Martino. Semeja una metáfora de la flojedad. Para él entrenar al Barça es el gordo de la primitiva, único acertante. Ni gobierna, ni exige, ni mastica chicle con la ansiedad de Ancelotti. Mío Barça, hace cinco días decepcionó al mundo, incluso a los barcelonistas más viejos: aquellos que no quieren vivir en Vetusta. Pasado mañana puede enmendar su error. Este viejo barcelonista lo desea.