El presidente Feijoo acaba de darnos un disgusto. Otro más. Nos ha dicho que hay que decidirse a coordinar los tres aeropuertos para hacerlos viables, porque dentro de nada, es un decir, vamos a tener un tren que nos llevará a Madrid en un pispás y no se podrán rentabilizar todas las instalaciones que tenemos abiertas. Así que llegó el momento de decidirse. Y nos disgustamos muchísimo con esta advertencia porque durante años los vimos tan ilusionados levantando y ampliando aeropuertos, arreglando los beneficios a las compañías aéreas con dineros públicos, y tirando millas de trazado del AVE, con sus correspondientes y lujosas estaciones, que creíamos que todo estaba planificado. Pensamos que había dinero y que se podía gastar. Y con la alegría con la que se movían descubriendo placas y más placas, algunos nos creímos que el futuro iba a ser idílico porque podríamos ir a Madrid en avión y en AVE. Al mismo tiempo. Mitad y mitad. Pero ahora nos dicen que vamos a tener que elegir porque no se puede llegar hasta Benavente volando para hacer el resto del viaje por tierra. Y digo yo, que soy muy romo en esto de las comunicaciones, si no podemos hacer el viaje mitad y mitad, ¿para qué estuvimos gastando lo que no teníamos en instalaciones que se solapan? ¿Y por qué no se abrió el debate a su debido tiempo? Eso es lo que nos tienen que explicar. Para que entendamos el resto.