En los cines podemos ver La gran estafa americana. En la vida real, la gran estafa viguesa, con actores que, si esto fuera Hollywood, pocas posibilidades tendrían de levantar una estatuilla: uno es de un protagonismo enfermizo pero jamás hace buen papel, y el resto han renunciado siquiera a hacer de secundarios. Lo que le pasa a la oposición en el Concello de Vigo quizás sea en el futuro objeto de estudio en Políticas. Los ediles del Bloque y los ediles del PP fueron elegidos para representar los intereses de los ciudadanos, para, visto lo que está haciendo Abel Caballero con Vigo (él, que prometió desempleo cero...), intentar desactivar las minas colocadas por los ¿socialistas?, fiscalizar su actividad, empezando por las denuncias de enchufismo, y acabando por la operación Patos y, en fin, enfrentarse a un gobierno a la deriva, que se rige exclusivamente por el interés personal y descarga sobre los vigueses todas sus frustraciones. Pero en lugar de esto, de tratar de erigirse en alternativa al desgobierno, primero el BNG, ahora el PP, han decidido plegarse a los intereses de un alcalde que solo sabe llegar a acuerdos consigo mismo. Caballero les insulta y ellos, a cambio, lo abanican. Deberían explicar públicamente qué les está dando a cambio. Pues lo que todos ellos ofrecen al futuro de Vigo y a los vigueses se resume con una palabra de cuatro letras: nada.