La cazatalentos

Enrique Clemente Navarro
Enrique Clemente LA MIRADA

OPINIÓN

24 feb 2014 . Actualizado a las 09:51 h.

Hay que reconocer que Esperanza Aguirre tiene un talento especial para detectar «talentos». Desde Francisco Granados, que fue su mano derecha, pillado con una cuenta en Suiza, al presidente de Madrid, Ignacio González, el delfín que ungió con su «dedo divino», implicado en el caso del ático de Marbella, en el que está imputada su mujer. Pero la lista es larga e incluye a Alberto López Viejo, al que convirtió en uno de los hombres fuertes de su Gobierno pese a que sus manejos ya habían sido denunciados; Benjamín Martín Vasco, ex portavoz adjunto del Grupo Popular; o los exalcaldes de dos importantes localidades madrileñas en materia urbanística, Arturo González Panero, el Albondiguilla, (Boadilla) y Guillermo Ortega (Majadahonda). Los cuatro tienen en común que están imputados en el caso Gürtel -ese que se extendió delante de las narices de la lideresa y esta dice que destapó- y que abrieron cuentas en Suiza. Desde luego la mujer que llegó a la presidencia de Madrid a lomos del tamayazo en el 2003 tiene ojo clínico para situar a presuntos corruptos en su círculo más próximo. Entre los «chicos de Aguirre» figuran también Manuel Lamela y Juan José Güemes, a los que hizo consejeros de Sanidad y que, tras practicar la puerta giratoria, fueron imputados por cohecho y prevaricación en la privatización de hospitales. A pesar de semejante historial, la presidenta del PP de Madrid sigue presentándose como adalid de la lucha contra la corrupción e impartiendo lecciones de ética política y democracia interna. En tono de broma, se podría decir que la empresa de cazatalentos que la fichó haría un gran negocio ofreciendo sus servicios a la banca suiza. Se forrarían.