Secuelas, no

César Casal González
César Casal CORAZONADAS

OPINIÓN

05 ene 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Hay películas que dejan más secuelas que algunas enfermedades. Son esos filmes con los que unos atrevidos se empeñan (y se despeñan) al revistar clásicos del cine. Taquilla manda y volver sobre los genios siempre hace sonar la música del dinero. Pero alguien debería establecer unos límites a las atrocidades. ¿Para qué tocar El gran Gatsby si Robert Redford ya había estado en la mansión? ¿Cómo se atrevieron con Sabrina si Billy Wilder había estado al piano? ¿Qué pretendían Harrison Ford, Julia Ormond y Greg Kinnear si Humphrey Bogart, Audrey Hepburn y William Holden (qué grande William Holden) habían hecho una película casi perfecta? Todas las obras maestras son casi perfectas. La historia del cine está llena de disparates. Y uno se echa a temblar cuando piensa en que algún día pueden ser capaces de atreverse con la primera película El Padrino o con Casablanca. Pero no ven que son muy capaces si ahora mismo están preparando una secuela de Qué bello es vivir. Dicen que en realidad serán una continuación. Hasta ya hay alguien que está escribiendo el guion de una secuela de Blade Runner. El atrevido es Michael Green. ¿Si a usted le encargan reescribir a Shakespeare lo haría?