¿De izquierdas?

Pablo Mosquera
Pablo Mosquera EN ROMÁN PALADINO

OPINIÓN

23 dic 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Me conmovieron las afirmaciones de Manuel Castells. «En España el partido del Gobierno está absolutamente hundido, pero el partido de la oposición lo está aún más». Si es así, el voto del ciudadano no será capaz de encontrar la necesaria alternancia en el poder democrático para salir de la crisis del Estado. Evidentemente, el apabullante triunfo electoral de la derecha lo promovió el voto de castigo a la izquierda ZP. Nunca, en democracia, la derecha había tenido tanto poder institucional, que aprovecha para hacer lo que le gusta y lo que le mandan desde los mercados.

¿Dónde está y en qué se nota la izquierda en España? ¿Acaso en una conferencia política que ha servido para que el atemporal Rubalcaba siga controlando, a duras penas, el poder partidario del socialismo? ¿Acaso en el discurso voluntarista y aplaudido por los instalados en la empresa-partido de Susana Díaz Pacheco? ¿Logra la líder andaluza tapar las imputaciones de corrupción en la izquierda andaluza? ¿Se puede aceptar el discurso federalista de los socialistas catalanes -aceptado a la fuerza por Rubalcaba- como identidad de la nueva izquierda española? ¿Nos dará trabajo, salario, pensiones, justicia social, libertad, igualdad de oportunidades y solidaridad desde el Estado la modificación de la Constitución española que señala el PSOE como discurso identitario?

Y todo sin querer establecer paralelismo entre el desprestigio de la UGT y sus conexiones con la izquierda hasta hace poco gravitando sobre el PSOE. Lo malo es que a un personaje como Blanco le quedan «fuerzas» -por no decir otra lindeza- para irse a un colegio del Opus a poner verde a Beiras, que ha tenido la gallardía de volver al Parlamento gallego a estas alturas de su vida, mientras el de Palas prepara la maleta para irse a Bruselas a disfrutar del escaño mejor pagado en política.

De izquierdas era Montilla, uno de los responsables del cataclismo económico en Cataluña, que usan los de ERC para justificar la salida de una España que les llevó a la quiebra, cuando fueron ellos, ayer, hoy y siempre, comunidad positivamente discriminada por ese Estado centralista al que señalan como sucesor de las tropas de Felipe V que en 1714 cercaron y sometieron a Barcelona.

A los partidarios del bipartidismo se les terminó el discurso. Espero que el sainete no termine con un gobierno de salvación -de ellos- PP-PSOE.