Socialistas

Carlos Agulló Leal
Carlos Agulló EL CHAFLÁN

OPINIÓN

08 nov 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Los socialistas llegan a su conferencia política de este fin de semana colocados en el centro de la escena de su propia tragedia. Con el presidente del Gobierno con una nota paupérrima, según la valoración de los ciudadanos, y la coyuntura económica más favorable para que los electores pasen factura a la primera de cambio, el PSOE no acierta a encontrar el camino para que los votantes lo perciban como una alternativa real y posible al PP. Dice Rubalcaba que a los cocineros del CIS se les fue la mano con la pimienta. Que no es cierto que el PP supere al PSOE en siete puntos. Que los socialistas hacen sus propias catas y ya están por delante de los conservadores. Y, por si no fuera suficiente, que él, que aún no dice si sí o si no, se encuentra fuerte para acudir a unas primarias en las que se elija el próximo candidato a la presidencia del Gobierno.

Puede que el cocinero haya sobreactuado más de lo habitual -no le discutan eso a Rubalcaba-, pero más preocupante es que los dirigentes socialistas no sean capaces de asumir que están desde hace ya demasiado tiempo en un atolladero. Mientras no lo hagan no hay alternativa posible a un Gobierno tocado y desprestigiado.

La renovación, que es sobre todo de discurso y del modo de ejercer la política, pasa también inevitablemente por el cambio de caras. Rubalcaba es de los que ya tienen agotadas sus reservas de liderazgo, aunque ese déficit no es exclusivo de los de más edad. Con todo, el problema de fondo del PSOE no es solo el secretario general. Hay pequeñas miserias en todos los niveles territoriales que minan la capacidad de recuperación del crédito de los socialistas.