España bajo escuchas (The Wire)

Albino Prada
Albino Prada CELTAS CORTOS

OPINIÓN

30 oct 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Ha sido una feliz coincidencia que el nuevo embajador en España, James Costos, venga de trabajar en la afamada productora de televisión norteamericana HBO. Los seguidores de sus emblemáticas series nos hemos habituado a ver cómo en su país las escuchas telefónicas son un método habitual en la lucha contra el crimen organizado. Siempre, eso sí, con la autorización de un juez.

No obstante ya antes del 11-S, y mucho más después de su Patriot Act, en EE.?UU. las posibilidades de entrometerse en la vida privada de las personas bajo la muy elástica coartada de la seguridad nacional parece que se han disparado. En una hipotética serie de HBO sobre el asunto sería difícil ver jueces autorizando los millones de escuchas necesarias para rastrear sospechosos en todas las redes de comunicaciones internas.

Un país que ha entregado el derecho a la intimidad, y a la inviolabilidad de la esfera privada, de sus ciudadanos por el miedo al enemigo externo, veo yo muy difícil que pueda poner barreras a hacer lo propio fuera de sus fronteras. Y así les va a nuestros escuchados europeos. Todos bajo sospecha de no ser lo bastante patrióticos. De aquellos barros vienen estos lodos.

Claro que aún hay un nivel más alto de desprecio a los derechos humanos fundamentales. HBO podría lanzar una serie, no tan futurista, sobre la utilización de drones (ya saben, objetos voladores no tripulados) a lo largo y ancho del mundo con el fin de ver, no solo escuchar, a cualquiera en cualquier lugar y sin autorización alguna. Con un añadido escalofriante: que se trata de aparatos capaces de ejecutar en el momento al sospechoso vigilado. Un patíbulo teledirigido. Sin esos molestos comandos operativos sobre los que siempre hay que dar alguna explicación.