Falsos Quijotes

Mariluz Ferreiro A MI BOLA

OPINIÓN

18 sep 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Revisar los clásicos tiene sus riesgos. ¿Cuántas veces se ha preguntado un incauto espectador en su butaca de cine qué necesidad había de filmar una nueva versión de una obra maestra? ¿A quién no le ha sobrado la segunda parte bastarda de un libro? ¿Por qué algunos se empeñan en reinterpretar ese cuadro inimitable? Aunque lo peor es cuando esas imitaciones llegan a la vida real. Como esas malas copias de don Quijote, de falsa inocencia, de interesado idealismo. Como esos que aseguran saberse de memoria la receta del bálsamo de Fierabrás, ese remedio para todos los males. Así se lo explicaba Quijote a Sancho: «Cuando vieres que en alguna batalla me han partido por medio del cuerpo [...]bonitamente la parte del cuerpo que hubiere caído en el suelo, y con mucha sutileza, antes que la sangre se hiele, la pondrás sobre la otra mitad que quedare en la silla, advirtiendo de encajallo igualmente y al justo. Luego me darás a beber solo dos tragos del bálsamo que he dicho, y verásme quedar más sano que una manzana». Pues, por lo visto, quedan cucharadas del bálsamo de Fierabrás. Amargas para unos y dulces para otros. Alemania bendice la sacrosanta austeridad como el milagro anticrisis. En España llegó a venderse Madrid 2020 como el impulso definitivo para salir del hoyo (y seguro que para ciertos empresarios suponía un buen salto) y fue enviada a Buenos Aires una armada invencible que se estrelló contra sus propias tormentas. Y en Cataluña muchos parecen empeñados en que la independencia acabará con el paro, mejorará la sanidad y la educación, disparará el consumo y limpiará de nubes el cielo. Hay bálsamos que no son ningún consuelo.