Gusto por los cambios

Gonzalo Ocampo
Gonzalo Ocampo EL RETROVISOR

OPINIÓN

30 may 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Otra vez la normativa del tráfico padecerá -es la palabra- cambio en cuanto a limitaciones de velocidad, circulación de ciclistas y quizá otras materias. No entramos ahora en detalles, vamos solo con alguna genérica observación.

Los textos legales para el tráfico se modifican sin cesar, más en los años últimos, como si los gestores del tráfico de primer nivel -político, claro- quisieran dejar su marca. La motivación no cambia: reducir la accidentalidad en las carreteras y calles, con precisa referencia, ahora, a las vías convencionales.

Veamos el asunto desde Galicia. Nuestra red de carreteras convencionales sobrepasa los 32.000 kilómetros, de los que 400 -aproximadamente- corresponden a viales de alta capacidad, es decir, autopistas y autovías. El resto de la red -estatal, comunitaria, provincial y otros- conforma la red de carreteras convencionales. Bien, pues sepamos ahora que dos terceras partes de los radares al uso se han instalado en las vías de alta capacidad y añadamos el dato de que los modos de vigilancia del tráfico son básicamente tecnológicos, en tanto brillan por su escasez o ausencia los otros modos, tradicionales. ¿Cabrían otros tratamientos más racionales?