Gálvez entre los leones

OPINIÓN

19 may 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

H ace cuatro años, en abril del 2009, el escritor y viajero Javier Reverte emprendió un viaje por Tanzania con un grupo de ocho personas entre las que se encontraban su hermano, el también escritor Jorge Martínez Reverte, y el que esto escribe. Fueron cuatro semanas intensas en las que acampamos ilegalmente a orillas de ríos y lagos abarrotados de hipopótamos, en el parque nacional Selous; en que recorrimos en vehículos destartalados el país de norte a sur; y finalmente a bordo del Liemba -en el que John Ford filmó la escena final de La reina de África- navegamos durante cuatro días toda la longitud del lago Tanganica, frente a las costas del mítico Congo.

Aquel viaje fue narrado por el propio Javier con el pulso a que nos tiene acostumbrados, en un libro que con el título de Colinas que arden, lagos de fuego, apareció hace ahora un año. Pues bien, estos días su hermano Jorge, que como ustedes saben es un fino historiador de pluma apasionada y ojos limpios, nos ha llevado de vuelta a la sabana de la mano de su periodista Julio Gálvez.

Gálvez somos usted y yo, y, claro está, es sobre todo Jorge. El alter ego de un hombre divertido y alegre que mantiene, entre tanta corrupción y tanta crisis, una actitud ética impecable y que de vez en cuando nos regala una sonrisa y un par de horas de placer con sus novelas policíacas. En esta, titulada Gálvez entre los leones, un servidor es personaje protagonista, lo cual comprenderán que eleva mucho el nivel de la obra. Por eso quiero compartir con ustedes la noticia.