Nos reconforta

Ernesto Sánchez Pombo
Ernesto S. Pombo EL REINO DE LA LLUVIA

OPINIÓN

18 may 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Reconforta saber que Miguel Blesa no durmió en su casa. Consuela conocer que comiencen a exigirse responsabilidades a quienes nos han esquilmado el país. Nos alivia pensar que la decisión del juez Elpidio José Silva -apunten este nombre, que pronto irán a por él- habrá puesto de los nervios a los miles de Blesas que han campado a sus anchas en este país. Durante décadas.

Porque hay Blesas allá donde uno ponga la mirada. En cajas, bancos, concellos, diputaciones, consejerías y empresas públicas. Blesas son los que se pagan el whisky con nuestros impuestos, los que se autoveneran con nuestros ahorros, los que levantan obras inservibles y los que nos roban para irse a las Bahamas. Son los que destrozaron este gran país con inventos como las preferentes, dietas injustificadas, malas gestiones, caprichos y derroches obscenos.

Por eso, una vez que el admirado Elpidio José Silva ha decidido dar pensión completa a Blesa en Soto del Real, hay que exigir que los otros Blesas sigan el mismo itinerario. Y repongan lo afanado. Por respeto a los empresarios, autónomos, trabajadores y peatones honrados que circulan por este país y que cada mañana se levantan con la única obsesión de trabajar. No nos arregla el problema, pero, al menos, nos reconforta.