Han tardado en rectificar. Los yogures están mejor comercializados con fecha de consumo preferente. La de caducidad supone que, a partir de ella, no se debe consumir el producto. Y eso no ocurre con los yogures, que podían tomarse sin problemas después de la fecha señalada. La de consumo preferente indica que, hasta esa fecha, el producto se mantiene en óptimas condiciones. El consumo después de ella, dentro de ciertos límites, no afecta a la salud.
No creo que este cambio disminuya la cantidad de desperdicios de alimentos. Seguiremos comprando los más alejados de la fecha y la rebasarán en las estanterías. La solución sería abaratar los próximos a pasarse de fecha.
Todo esto nada tiene que ver con el consumo de las participaciones preferentes, productos emitidos por las entidades financieras y totalmente contrarios a la salud de sus compradores cuando estos, al adquirirlos, creían que estaban comprando otra cosa.