Un fantasma recorre Europa y no es precisamente el comunismo, como decían Marx y Engels, sino el corralito de la señora Merkel, que ya vaticinó Krugman. Chipre ha sido elegido como laboratorio para experimentar hasta dónde están dispuestos a aguantar los ciudadanos. Se ha traspasado una línea roja. De lo que es pura y simplemente un robo cabe extraer lecciones.
1.- A partir de ahora, los depositantes ya no podrán dormir tranquilos, sobre todo los fines de semana, porque al despertar una mañana se pueden encontrar con que una parte de sus ahorros es expropiada impunemente por su Gobierno por orden de la canciller alemana, vía Bruselas.
2. La seguridad jurídica ha saltado hecha pedazos. Lo llaman impuesto sobre los depósitos cuando quieren decir atraco.
3.- Es un ataque al ahorrador medio, al que se le quita el 6,75 % de su dinero.
4.- Esos 100.000 euros garantizados por el Fondo de Garantías de Depósitos pueden ser papel mojado en cualquier momento.
5.- Cuando un Gobierno colaboracionista está dispuesto a hacer todo lo que manda Alemania cualquier aberración es posible.
6.- Hay que tomar nota de que al Gobierno español le parece bien este latrocinio, aunque dice que no es extrapolable a España.
7.- Aquí ya se experimentó un método parecido, las preferentes: engañar a los clientes para financiar el agujero de cajas y bancos.
8.- Guardar el dinero bajo el colchón vuelve a ser una buena idea para pequeños ahorradores.
9.- La esquilmación chipriota provocará pánico bancario en países como España. La fuga de capitales se intensificará.
10.- Desde este momento cualquier escenario es posible por increíble y terrible que parezca.