La primera diatriba

Gonzalo Ocampo
Gonzalo Ocampo EL RETROVISOR

OPINIÓN

08 feb 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

El tráfico singulariza el siglo XX y desde los primeros ensayos su evolución es fascinante, evidenciando ya el afán por la velocidad. De ahí que los primeros signos públicos del nuevo medio de locomoción se manifestasen en competiciones. En 1894 se celebra la Competición internacional para coches sin caballos entre París y Ruán, preludio de la otra gran carrera París-Madrid. La carrera hubo de suspenderse terminada la primera etapa, en Burdeos, tras del atropello y muerte de diez viandantes. El gran escritor León Bloy, conocido por su violencia verbal, dejó escrito este texto: «Imagínense ustedes dos o trescientas máquinas repelentes lanzadas como proyectiles, triturando de un horizonte a otro a una inerme humanidad... uno de estos coches se incendió y el chófer felizmente murió carbonizado». Dice Néstor Luján que escribía «venenoso».