Francia en Mali

Yashmina Shawki
Yashmina Shawki CUARTO CRECIENTE

OPINIÓN

17 ene 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Nos queda lejos, más allá del Magreb que conocemos y en el Sahel, esa franja que recorre el gran continente de este a oeste, del océano Atlántico al mar Rojo. Mali se encuentra en el África subsahariana y es el séptimo país por extensión del continente, con una superficie que duplica la de España y poco más de 13 millones de habitantes.

En 1992 accedió a una democracia plena que, en febrero del año pasado, sucumbió a la rebelión tuareg en la región sahariana de Azawad, del norte del país. El Movimiento Nacional para la Liberación de Azawad, integrado por tuaregs formados y armados en la legión libia de Gadafi, se levantó contra el Gobierno central aduciendo el expolio de sus recursos naturales.

La mala organización de la defensa militar y la falta de pago a los soldados provocaron que estos se amotinaran al mes siguiente, derrocaran al presidente democrático Touaré y suspendieran la Constitución. Aprovechando el descontrol posterior, los tres grupos islamistas afincados en Mali (Al Qaida del Magreb Islámico, Ansar al Din y el Movimiento para la Unidad y la Yihad de África Occidental) asumieron el liderazgo en la guerra conquistando un territorio del tamaño de España. Ante el riesgo de una extensión del conflicto a otros países y para frenar la ofensiva fundamentalista, con lo que espera que sea una guerra rápida, Francia, la antigua potencia colonial, ha iniciado un bombardeo aéreo cuyas consecuencias pueden sentenciar la lucha contra el terrorismo islamista.