De la torpeza a la insumisión

Pablo Mosquera
Pablo Mosquera EN ROMÁN PALADINO

OPINIÓN

16 dic 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Mas estaba vencido tras perder doce parlamentarios buscando alcanzar la mayoría absoluta independentista para «su Cataluña». Confundió un espejismo al son festivo de la Diada con la realidad civilizada y serena de los habitantes de Cataluña.

A punto de que le movieran el sillón, se alzaban voces dentro del partido fundador de la internacional demócrata cristiana para mandarlo a la abadía de Montserrat a reflexionar sobre sus pecados de ira y soberbia.

Se estaba quedando solo con su personal fracaso, cuando llegó Wert y le dio vida. Y es que no hay personaje más peligroso que un listillo con un bolígrafo y poder. Suponiendo que tenga razón al proteger los derechos de los habitantes de Cataluña ante la inmersión lingüística de sustituir el castellano por el catalán a golpe de decreto desde la Generalitat, no es menos cierto que podía haber esperado y debía haberlo explicado.

De tal suerte para Mas que ha logrado el todavía ministro esa foto de unidad en torno al honorable, donde resulta, en tal contencioso, como víctima a la que deben arropar hasta los socialistas catalanes, en una especie de cruzada por la libertad de Cataluña que disfrazan de comunidad atacada y ofendida desde Madrid.

La respuesta: insumisión al proyecto de ley (Lomce) y prietas las filas de los derrotados en su intentona secesionista por las urnas.

La Justicia estaba bloqueada por la no adecuación de la oficina judicial, en medios y organización. Pero la solución del ministro ha sido inconmensurable. Para frenar la demanda de un servicio a favor de los derechos y libertades, nada mejor que ponerle precios para pudientes. Es decir, de las dos soluciones, aumentar la oferta o disuadir del uso, se opta por lo segundo.

Para rematarlo, no se le ocurre otra cosa a la esperanza blanca de los moderados en la derecha que acusar a jueces y fiscales de insolidaridad e insumisión ante las medidas relativas a paga extra y días de permiso. De esta manera ha conseguido el pleno. Todos, en todas partes, y con el ciudadano indignado, rebelión frente a la tan llevada y traída reforma judicial, convertida en método perverso para recaudar más y reclamar menos.

La respuesta: la oposición que estaba entretenida en buscar alternativas a los zapateristas, ha recuperado el pulso de la denuncia sobre desmantelamiento del Estado del bienestar y el acceso a la Justicia.