Hamás y la llamada a la guerra

Yashmina Shawki
Yashmina Shawki CUARTO CRECIENTE

OPINIÓN

19 nov 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

E l tiempo desdibuja los motivos que provocan los conflictos cuando estos duran demasiado. El de israelíes y palestinos, al que se suele poner como fecha de inicio 1948, cuando Israel fue reconocido como Estado por la ONU, empezó ya tras la Primera Guerra Mundial, con el mandato británico. El reconocimiento de Amín al Husaini, el Gran Muftí de Jerusalén de 1921 a 1948, como interlocutor palestino, fue un terrible error. Su discurso radical impidió cualquier tipo de acuerdo. Su instigación de las grandes revueltas árabes de 1929 y 1936 y su apoyo a los nazis sentenció las relaciones entre árabes y judíos. Cierto que Israel, atrincherado y belicista, decidido a garantizar su supervivencia a cualquier precio, no ha facilitado el acuerdo. Y que la situación opresiva y de calamidad humana no ayuda a que los palestinos confíen en quien primero dispara y después pregunta. Pero, tras dos años de tregua relativa, ¿por qué Hamás provoca ahora al tigre israelí? Porque desde la primavera árabe del 2011 la causa palestina ha ido perdiendo relevancia mediática. Además, la franja de Gaza es un polvorín, a cuya masificación y falta de esperanza debe darse vía de escape creando mártires mientras se refuerza la islamización. Y la extensión de la guerra civil siria y los rumores sobre un posible ataque preventivo a Irán explican que Teherán instara una nueva distracción aun a costa de miles de palestinos inocentes.