La tortilla de Orozco

Laureano López
Laureano López CAMPO DE BATALLA

OPINIÓN

18 nov 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Parecerá incluso normal que en un país en el que se derrochan millones de euros en edificios para alojar literalmente la nada (si acaso, la vanidad de algunos gobernantes) haya quien, tras ser imputado por cohecho y tráfico de influencias, proclame que «el alcalde que no tiene un par de imputaciones al año no es buen alcalde». A esto se le llama, en argot gastronómico, darle la vuelta a la tortilla o, como dijo también Orozco, «tirar para delante». Pero si el regidor ejemplar es, siguiendo la teoría de la conspiración acuñada por el alcalde de Lugo, aquel al que imputan hasta el hartazgo, sería bastante difícil averiguar quién es el mejor de entre todos los gobernantes buenos que hay en Galicia, pues aquí el asunto es hacer y decir cualquier cosa ingeniosa excepto, al menos voluntariamente, «me marcho».