El ganador Obama y Oriente Próximo

Yashmina Shawki
Yashmina Shawki CUARTO CRECIENTE

OPINIÓN

12 nov 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

En plena resaca electoral tras el triunfo, por la mínima, de Obama frente a Romney, se inicia un tiempo de predicciones sobre su nuevo mandato. La crisis económica y financiera mundial marcará la agenda interna de Obama mientras en el ámbito internacional, si no se producen grandes «cataclismos», seguirá la misma tónica de avances y retrocesos. En los cuatro años de gobierno retiró a las tropas de Irak e inició el desmantelamiento de sus infraestructuras militares en Afganistán. Un proceso imprescindible para recortar los ingentes gastos del ejército, aun a costa de crear más desempleo con los veteranos que regresan a casa y de dejar ambos frentes abiertos y a merced de más peligros de los que «justificaron» la intervención en el 2001 y el 2003. No pudo, sin embargo, cerrar Guantánamo.

Su apoyo a la causa de los «rebeldes» libios alentó la esperanza de una nueva era. Sin embargo, su política en esta parte tan sensible y volátil del mundo sigue condicionada por intereses que en nada tienen en cuenta la realidad social. Pese a las «difíciles» relaciones con Netanyahu, el peso del lobby judío y la larga historia de cooperación con la única democracia de la zona, lastrarán cualquier aspiración palestina. Y la presión rusa y china en la ONU no solo ha impedido un apoyo decidido a los rebeldes sirios contra Bachar sino que están forzando a un trabajo en la sombra contra la política nuclear de Irán, con una ejecución que se prevé tan sigilosa como la captura de Bin Laden, mientras no les quita el ojo a los fundamentalistas que se han hecho con el poder en Túnez y Egipto.