Y todo con un bolígrafo Bic

Eduardo Riestra
Eduardo Riestra TIERRA DE NADIE

OPINIÓN

14 oct 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Que Mo Yan haya ganado el premio Nobel de Literatura, a la mayoría de los españoles los dejará fríos, primero porque no leen, y segundo porque no tienen ni idea de quién es este señor, como tampoco sabían quién era el tal Tranströmer del año pasado o la Herta Müller de hace tres años. Celebraron, eso sí, el premio de Vargas Llosa, del que conocían la cara y algún cuento, alguna novelita. Nadie tampoco había leído su obra maestra Conversación en la Catedral -que no tiene relación con Los pilares de la Tierra, pues se trata de una cervecería de Lima-, o aquel magnífico tocho titulado La guerra del fin del mundo. A mí en general lo que más me interesa del nobel, por malformación profesional, a veces llamada envidia malsana, es saber quién lo edita en España. Al poeta sueco del pasado año, la pequeña y valiosa editorial Nórdica de mi amigo Diego Moreno. Al chino de hoy, la pequeña y valiosa editorial Kailas de mi amigo Ángel Fernández Fermoselle. Y uno celebra que estas cosas ocurran como cuando al Real Madrid le gana un equipo modesto.

A mí el premio Nobel me parece uno de los acontecimientos políticos más luminosos de nuestra era, la utopía. Y además muchos de los premiados acampan permanentemente -como los seguidores mexicanos de López Obrador-en mi mesilla de noche; sobre todo Kipling, Steinbeck, Faulkner, Camus, Coetzee o Doris Lessing. Lo cual demuestra que yo bien podría ser miembro del jurado. ¡Mira que si me nombran!