No somos bobos

Carlos Agulló Leal
Carlos Agulló EL CHAFLÁN

OPINIÓN

21 sep 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Los políticos se quejan amargamente de que hay una creciente corriente de opinión que alimenta los resultados de las encuestas que los coloca como uno de los principales problemas de los españoles. Y es cierto que tiene mucho peligro que cunda el desprecio hacia quienes son -deberían ser- el instrumento para la convivencia pacífica y la gestión justa de los recursos colectivos. Pero, en todo caso, no será culpa de quien constata las múltiples ocasiones que políticos y políticas aprovechan para acuñar la versión más mezquina de una actividad noble.

Imaginemos que usted se ha quedado sin empleo porque la principal empresa de su entorno -pública, o sea cuya actividad depende en buena medida del acierto y las decisiones de los que gobiernan- ha entrado en barrena y cada día se entregan decenas de cartas de despido. Un buen día alguien anuncia, en víspera electoral, que habrá algo de trabajo en la factoría y quizás a usted o a alguno de sus compañeros de la cola del paro los rescaten durante un tiempo. Bien, dirá, no hay para todos, pero tal vez para algunas familias haya alivio. Vale, pensará, para eso no haría falta tanta fanfarria de prebostes anunciando el contrato, algo cativo para la capacidad de la compañía.

Pero tal vez le desconcierte observar a algunos políticos -los que esta vez no han anunciado nada- dar la impresión de que lo que usted está viviendo es una especie de espejismo. Más aún, quizá se sienta molesto si intuye en algunas declaraciones que para tan poca cosa mejor era nada. O le indigne que los mezquinos prefieran que usted siga sin trabajo para evitar que alguien obtenga ventaja electoral.

Creen que somos bobos.