Cuidado con las pensiones

Pablo Mosquera
Pablo Mosquera EN ROMÁN PALADINO

OPINIÓN

09 sep 2012 . Actualizado a las 06:00 h.

Las cifras de cierre de agosto más que malas son de emergencia nacional. El modelo económico que padecemos destruye empleo, lo hace más precario y ha provocado unas cifras de cotizantes a la Seguridad Social que han obligado a tapar el déficit de los 4.400 millones con dinero guardado para contingencias.

Todo va mal. Pero nos preocupa la situación del ahorro de las clases populares. Estoy hablando de los derechos adquiridos con sudor y lágrimas de quienes empezaron a trabajar a muy temprana edad y llevan más de cuarenta años cotizando a la Seguridad Social.

En estos momentos, por cada pensionista, tan solo hay 2,39 cotizantes. Lógico, en un país camino de los seis millones de parados. Donde la reforma laboral ha sido un camelo para los trabajadores y una buena herramienta para los patrones.

La presencia de la dama alemana en nuestro país parece que significa el cierre de la negociación para el rescate del reino de España. El segundo tras el de la banca. Pero, todos tenemos la inquietud razonable de pensar que las condiciones ordenadas por quienes sostienen el euro suponen más sacrificios a las clases populares, que son las más fáciles de exprimir hasta la extenuación de su calidad de vida amparada por la Constitución española en forma de derechos sociales.

Lo peor es la sima que se ha creado entre los que mandan y los que son mandados, los que aplauden las declaraciones del patricio Botín, desde Latinoamérica, animando al Gobierno a seguir la senda de los ajustes, aunque el consumo este cada día más anémico e incida gravemente sobre los ingresos del Estado y sus comunidades, conduciendo a la imposibilidad de cumplir con el déficit a 31 de diciembre, y los que no llegan a final de mes.

A mí me preocupa que acudan al gasto de las pensiones. Que recorten el poder adquisitivo, ya recortado por el cambio de las pesetas al maldito euro, de los pensionistas. Que la capacidad económica de los pensionistas se vea reducida para gastar menos y llegar a las cifras macroeconómicas que ordena el mercado. Que el colchón del paro, en muchos hogares, a base de la pensión del trabajador jubilado, se reduzca.