Sin pensar

Pablo Mosquera
Pablo Mosquera EN ROMÁN PALADINO

OPINIÓN

21 ago 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Todos de vacaciones. Hasta la prima de riesgo nos ha dado un respiro en su ascensión al servicio del mercado que lleva tiempo entretenido matando al euro o al servicio de aquella minoría que, cuentan los que vivieron el siglo XX, fue capaz de promover y justificar grandes revoluciones para que los parias dejaran a un lado las hambrunas y las botas que pisaban su dignidad.

Todos de vacaciones. La clase política disfrutando del merecido descanso. Los eurodiputados, que todos sabemos lo que hacen y para que nos sirven, en esta Europa del Banco Central Europeo con mando a distancia desde Alemania, esperando que roguemos, no ya para que llueva -agua de San Roque- sino para que nos presten la liquidez para las necesidades del día a día, a cambio de más obediencia debida y menos Estado de bienestar, que supone un espacio para transformar derechos en mercancías.

Todos de vacaciones. Hasta Mayor Oreja se ha olvidado de sus oráculos de trampa para el Estado, desde los contubernios con ETA. O teme que le pregunten por sus gestiones en Bruselas a inventario de la defensa de la economía española, o no puede hablar sin que sus compañeros de Euskadi salgan a pedirle silencio -ya no manda nada por aquellos pagos- no sea que ponga al descubierto las maniobras del actual Gobierno para cerrar definitivamente el problema vasco, ante el calendario electoral.

Todos de vacaciones. La Moncloa se ha quedado sola como Fonseca. Solo una lucecita en el palacio de la Zarzuela. El país disfruta de la canícula agosteña entre fiestas y romerías. Hay que vivir el presente. El futuro, como las cuentas del Estado y de las comunidades, es como una ciénaga a la que nadie quiere ir en septiembre.

Todos de vacaciones. Aunque los visitantes de Compostela se olviden de la Ciudad de la Cultura, que hubo de abrirse para que por lo menos diera sombras en pleno cambio climático que lleva a nuestra húmeda y fresca Galicia a temperaturas propias del Mediterráneo.

Todos de vacaciones. Menos los políticos gallegos que estarán «maniobrando» como aquellos mercantes de antaño, para acercarse al muelle donde reparten promesas para ir en las listas de la próxima confrontación electoral que convoque el presidente de la Xunta y que puede poner a más de un veterano ante la disyuntiva de acertar a qué primarias de los socialistas se arrima.

Todos de vacaciones. Antes de que tengamos la certeza de que cualquier tiempo pasado, en pesetas, fue mejor.