El tango sincronizado

César Casal González
César Casal CORAZONADAS

OPINIÓN

10 ago 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Tiene algo el tango que hipnotiza. Da igual escucharlo, que ver cómo lo bailan. Es como si se apropiase de la caja de caudales del corazón. Como si toda la energía se concentrase de pronto en esos movimientos de los dos bailarines. Cuatro pies que se acercan y se alejan, que coquetean. Dos cabezas que se miran y se rechazan. Dos cuerpos que giran una y otra vez en una danza increíble. Las piernas más largas de lo que son. El cine se ha aprovechado mucho del tango. Muy conocida es la escena de Al Pacino, como el invidente que baila como la joven Gabrielle Anwar, con la memoria de sus ojos, un tango magnífico. La película es Esencia de mujer del año 92 y a Pacino le valió el Óscar como mejor actor, por el mismo papel con el que Vittorio Gassman en el 74 se llevó el premio en el Festival de Cannes. Pero es Sally Potter la que dirige una película sobre el baile: La lección de tango. Es del 97 y ahí encontramos un tango fascinante bajo la lluvia. Hasta Banderas y Richard Gere se atrevieron con esta danza que parece que se ejecuta al límite del sentimiento. El corazón, una peonza. Un tango es lo que dicen que baila Messi con el balón. Y las chicas de la sincronizada, con el agua.