Más allá del bien y del mal

Xose Carlos Caneiro
Xosé Carlos Caneiro EL EQUILIBRISTA

OPINIÓN

29 jul 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Dos libros me parecen fundamentales en la bibliografía de Nietzsche: Así habló Zaratustra y Más allá del bien y del mal. Tratan temas comunes. Una perspectiva radical los diferencia: el primero es luminoso, lírico, profético; el segundo sarcástico, contundente, oscuro. Quizá los que han pasado por la comisión de investigación del Congreso (¿Para qué sirve en España una comisión en el Congreso?) han leído a Nietzsche, quizá no. En todo caso me acomodo en el regazo del maestro alemán para defenderme de la insidiosa burla que ha representado, para todos los españoles y especialmente para los gallegos, el paso por la tribuna de Fernández Ordóñez, Rato, Fernández Gayoso y Salgado.

Nunca he visto tal cantidad de soberbia, petulancia, sofismas, o sea, falsas verdades con las que pretenden hacernos comulgar. Ha sido burdo, cierto, pero también cruel. Uno esperaba, en su ingenuidad, que alguien pidiese disculpas. No hubo lugar. Todos ellos parecían representar el superhombre que está por encima de toda moral, como nos enseñó el filósofo que nos acompaña este domingo. Se han reído de nosotros, y en nuestra cara: el Parlamento que representa al conjunto de la ciudadanía española.

De todas las declaraciones, unas más políticas que otras, merecen lugar primordial las del señor Fernández Gayoso. Nada supo de lo que sucedió en la entidad que presidía. Nada cobró, declaró ufano: «No he cobrado ni un euro, nunca, por mi jubilación hace seis años». Llama la atención que mientras no cobraba nada, en el año 2011, cobrase solo en dietas casi siete veces más (un total de 469.000 euros) que el sueldo anual del presidente de la Xunta. Por no citar su pensión (689.000 euros), diez veces el sueldo actual de Núñez Feijoo. Imagino que se refería a que no cobró los millones que cobró José Luis Pego, otrora su mano derecha y ahora quién sabe.

Al respecto de Julio Fernández Gayoso nada se ha sabido en el Concello de Vigo y, creo, no se organiza ninguna nueva manifestación para defender su gestión y la no fusión de las caixas: porque ya no existen. Imagino que tampoco tienen previsto convocar a los afectados por preferentes de la comarca. ¿Cuándo Abel Caballero calla, otorga? Quién puede saberlo.

Y finalizando, filosóficamente, anoto esta sentencia: «La náusea frente a la suciedad puede ser tan grande que nos impida limpiarnos». Náusea que siente la ciudadanía frente a estos «superhombres» que no descubrió el Zaratustra de Nietzsche, sino el tiempo presente. «Más allá del bien y del mal», qué gran título para tanta indecencia.