Vender sangre

OPINIÓN

19 abr 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

El capitalismo salvaje nunca me ha parecido una buena opción para organizar la economía y la sociedad. Y como a mí, a muchos europeos, gracias a Dios; por eso, nuestros países tienen mecanismos de protección social y un sistema sanitario público gratuito y Estados Unidos carece de los mismos. También por esa causa en Europa consideramos que hay cosas que tienen que quedar fuera del comercio, paradigmáticamente la donación de sangre, tejidos y órganos. Y la cosa funciona bien.

Que España está atravesando una larga y durísima crisis económica, eso salta a la vista. Que como una solución para muchos dramas personales se proponga la legalización de la compraventa de sangre me parece una absoluta barbaridad. El colmo, vamos. No conformes con los recortes que estamos padeciendo las clases medias y bajas, un empresario farmacéutico catalán propone que le chupemos a nuestros parados hasta la última gota de su sangre. Y lo hace, para mayor pasmo, quien sostiene uno de los escasos centros de bioética que existen en nuestro país. Ver para creer. En fin, confío en que impere la sensatez en nuestras autoridades y que el altruismo y la solidaridad sigan imperando en este asunto. Por cierto, que no vamos a salir de la crisis con recetas de más capitalismo salvaje; esto solo tiene futuro no desde la avidez sino desde la solidaridad y el trabajo cooperativo.