La Academia y el sexismo

Ramón Irigoyen
Ramón Irigoyen AL DÍA

OPINIÓN

12 mar 2012 . Actualizado a las 06:00 h.

E l académico Ignacio Bosque ha publicado en un diario madrileño el artículo Sexismo lingüístico y visibilidad de la mujer, suscrito por 26 académicos de número, que llama al orden a las numerosas guías de lenguaje no sexista publicadas por universidades, comunidades autónomas, sindicatos, ayuntamientos y otras instituciones. Bosque sostiene que existen usos verbales sexistas, pero que también es cierto que estas guías recomiendan usos de nuestra lengua ajenos a lo que hablamos todos los días quienes nos comunicamos en castellano. Las recomendaciones de estas guías -él centra sus opiniones en nueve de ellas- dice Ignacio Bosque que incumplen normas gramaticales y lo peor de todo es que, erróneamente, ven discriminación en la falta de correspondencia entre género y sexo, cuando, por ejemplo, decimos «los profesores» y nos referimos con estas palabras a profesores y profesoras.

Ignacio Bosque, con la educación y también con la contundencia con la que Vicente del Bosque ha dejado fuera de la selección a Fernando Torres, nos dice que no puede ser más loable el propósito de las guías, puesto que aspira a contribuir a la emancipación de la mujer y a que ella alcance la igualdad con el hombre en el mundo profesional y laboral, pero que la aplicación de las normas de estas guías nos conduciría incluso a no poder hablar. Respetemos a Ignacio Bosque pero no le hagamos mucho caso. La lengua es como el hígado: resiste lo que le echen, incluidas algunas recomendaciones de estas guías no sexistas que, obviamente, a la Academia, tan misógina durante sus 299 años, no pueden sentarle nada bien. A lo largo de su historia, la Academia ha elegido una mujer por cada 66 académicos. Y desde 1713, fecha de su fundación, hasta 1978, ninguna mujer fue elegida académica. La primera, Carmen Conde, alcanzó ese honor en 1979. Es comprensible, pues, que con una tradición tan antifeminista y, en consecuencia, tan antisexual, las guías no sexistas no tengan buena acogida en la Academia.