Sucesión dinástica

| RAMÓN IRIGOYEN |

OPINIÓN

01 may 2007 . Actualizado a las 07:00 h.

EL NACIMIENTO de la infanta Sofía suscita el cuestionamiento de los derechos sucesorios tal como los establece la Constitución. La infanta Sofía ocupa el tercer puesto en el orden sucesorio de la Corona tras su padre, el príncipe don Felipe, y su hermana Leonor. El artículo 57.1 de la Constitución establece que, cuando los herederos lo son en el mismo grado, el varón heredará la corona suplantando a la mujer. La herencia de la Corona por parte del príncipe don Felipe se asienta en la aplicación de este artículo: él es el hermano menor de las infantas Elena y Cristina. La Constitución de 1978 sancionó la igualdad de derechos para varones y mujeres, con una sola excepción: la de la Corona del Reino de España. A quienes nacimos bajo la dictadura, que heredó y mantuvo el destierro de la monarquía, nos suena -por nuevo a nuestros oídos- un poco rara esa denominación de Reino de España. Y, sin embargo, si nos embarcamos en un viaje al pasado, comenzamos a encontrarle sentido. La monarquía española es la más antigua de Europa y no lo es del mundo porque existen los japoneses que, en usos políticos, son más conservadores incluso que los españoles. Si viajamos en el tiempo, nos encontramos con Alfonso XIII, el abuelo del rey Juan Carlos, que abdicó en 1931 y se fue al exilio. Andando un poco más, saludamos con afecto a Felipe II, a quien tan ferozmente satirizó Cervantes en su genial soneto Al túmulo de Felipe II en Sevilla. Y, ya en el siglo VIII, nos topamos con don Pelayo, el célebre rey asturiano. El príncipe Felipe es heredero de don Pelayo. Cuando uno tiene parientes tan lejanos, cuya memoria honra y guarda, es comprensible que tenga algunos problemas de adaptación a los tiempos modernos. El artículo 57.1 de la Constitución demuestra que esto es así. Pero los tiempos modernos están pidiendo a gritos -el pueblo llano no es muy formalista en sus peticiones- que la Constitución sancione la igualdad de derechos para varones y mujeres incluso para los herederos de la Corona. La Corona, además, es una institución que mantenemos con nuestros impuestos para que dé buen ejemplo en todo.