Descarnada lucha por el poder económico

| XOSÉ CARLOS ARIAS |

OPINIÓN

02 abr 2007 . Actualizado a las 07:00 h.

PARECE que, esta vez sí, nos acercamos al final de una historia que mezcla grandes intereses y pasiones, y en la que ha habido de casi todo. Su primer acto fue la ya lejana privatización de Endesa que, a la vista de los acontecimientos posteriores, se aparece como un auténtico saldo de activos públicos. Luego vino la opa de Gas Natural, más bien tacaña, que siendo en origen una operación estrictamente empresarial, se encontró al minuto siguiente con la denominación letal de opa catalana, en momentos de sobreexcitación del debate estatutario: la politización extrema del asunto estaba servida. Y el avispero había sido removido. La aparición de E.On en el escenario económico español respondía a una lógica profunda, asociada a las perspectivas de avance de un mercado energético paneuropeo. Desdichado fue que surgiese aquí un cierto reflejo nacionalista para frenar las posiciones alemanas, que provocó un conflicto abierto entre España y la Comisión Europea. Algo no muy distinto a lo que hacen otros Gobiernos de la Unión, pero que no es precisamente una muestra de saludable europeísmo. Más tarde llegaron los actores que a la postre se han revelado como claves: la italiana Enel, con fuerte participación pública, y Acciona, que constituye un buen ejemplo del nuevo capitalismo español, tan vinculado al bum de la construcción. Es realista pensar que sobre sus movimientos y su pacto final con E.On ha debido influir algún tipo de acuerdo generado en encuentros bilaterales de Merkel, Prodi y Zapatero. Lo que demostraría que la política raramente se queda fuera en la resolución del gran juego del poder económico. A la espera de los detalles, el acuerdo final -que llega el mismo día, tal vez no casualmente, de la dimisión del presidente de la CNMV- puede ser positivo. Habrá que estar atentos, eso sí, a la segregación de activos: si fuese más allá de lo exigible por razones de competencia, resultaría preocupante, y tal vez abriese de nuevo la caja de los truenos.