Quisiera ser...

OPINIÓN

30 jul 2006 . Actualizado a las 07:00 h.

HUBO un tiempo, allá por la prehistoria musical del pasado siglo, cuando los cedés todavía se llamaban discos, que un muy celebrado y dinámico dúo popularizó una canción con un estribillo que era la formulación de un deseo. Y pretendían ser auroras boreales o águilas reales para poder, añadía la letra, «estar cerca de ti» y «ofrecerte las estrellas y la luna...», y un etcétera muy de la época. Leo los resultados de una investigación sociológica realizada entre tres mil rapaces entre los catorce y dieciocho años acerca de los personajes más valorados de la sociedad española. Los resultados sitúan en lo más alto de podio -y nunca mejor dicho- a Fernando Alonso, con un sobresaliente; lo siguen, con notable, los actores de series televisivas Verónica Sánchez y Fernando Tejero, autor de la empalagosa frase que solicita «un poquito de por favor». Unos músicos rumberos y canallas, simpáticos y desinhibidos, Estopa , ocupan el siguiente puesto. Y así hasta diez, con Zidane y Dani Pedrosa en la lista. No debo sorprenderme de lo previsible que resulta la relación demoscópica, no debo sorprenderme del modelo, del canon que reivindican los jóvenes, de los ídolos fabricados en la factoría de los sueños que es la televisión. Una vez más, arrasan la música y el deporte, con el soporte divulgativo de la caja tonta, que es más lista de lo que parece. El mismo día de la publicación de los resultados de la encuesta, un canal privado de televisión da por cerrado el casting de preselección de Operación Triunfo, al que se han presentado 17.000 aspirantes a cantantes. Sin comentarios. Ahí queda el dato. Lo realmente llamativo de la encuesta, al menos para mí, que ya me aproximo al target de personas de edad provecta, y que me eduqué admirando valores y personas que nada tienen que ver con los resultados reflejados en la encuesta, es que nadie quiere ser o parecerse a científicos insignes como Valentín Fuster o Barbacid, por poner un ejemplo, o a investigadores que, como Arsuaga, buscan en Atapuerca nuestros antecedentes remotos. Ni siquiera aspiran a parecerse a escritores de éxito y reconocimiento mediático, tal es el caso de Arturo Pérez Reverte o Ruiz Zafón. Me llama asimismo la atención la ausencia de directores de cine entre los modelos: Almodóvar o el director de Torrente me parecen ausencias clamorosas. Obviamente, los políticos no son arquetipos imitables. Resulta inteligente por parte de los jóvenes consultados. Los nuevos iconos son un ejemplo a seguir. El barómetro demoscópico le sirve a Nielsen y a Personality Medi a, autores del trabajo, para conocer actitudes de los consumidores españoles. Estos personajes populares son los más vendedores, es un plus que revaloriza su imagen. A lo peor, la canción del dúo que abre este artículo tenía razón, y conseguir la estrellas y la luna para ponerlas «a tus pies» no resultaba una misión imposible. Por aquel tiempo, la televisión no había llegado a todos los hogares y España era un país en blanco y negro.