29 dic 2005 . Actualizado a las 06:00 h.

TODO ES contradicción. Las organizaciones políticas que aspiran a la revolución siempre se marcaron como objetivo penetrar y controlar otras organizaciones, no políticas, que agrupan inquietudes sociales. Si sus actuaciones convergen con las del grupo político, añaden legitimidad a la acción de éste. Ayer eran las asociaciones vecinales. Hoy son los grupos ecologistas, que atraen a muchos jóvenes sanos, ilusionados por conseguir un mundo mejor. El ecologismo forma parte de la nueva ética no religiosa. Una de sus batallas básicas es la defensa de la biodiversidad: todo ser vivo es importante porque cumple una función en el equilibrio natural. Pero el respeto a la diversidad no es norma de uso en las organizaciones políticas: basta con mirar a la UPG para comprobarlo.