Cruz y raya

CÉSAR CASAL GONZÁLEZ

OPINIÓN

20 dic 2005 . Actualizado a las 06:00 h.

CLARO que puede casarse y tener esposa, en vez de que le pongan las esposas por matar a alguien en un paso de peatones. Es normal atropellar a alguien a una velocidad endiablada, ver el bulto, el muerto, y escapar. ¿Para qué auxiliar a una víctima? Es normal coger un coche sin carné. ¿Para qué sirve un permiso de conducir? El escritor Monzó se escandalizaba porque una niña forró su carpeta con su ídolo: Farruquito. Monzó ponía el grito en el cielo. En el cielo está el atropellado, ¿no? Monzó escribió que, en este país, «el muerto al hoyo y el vivo al bollo». Todo da igual hasta que nos toca a nosotros. Siempre ha sido así. Otro escritor comparó lo del bailaor con la crucifixión biempensante de Kate Moss. A la modelo la apuñalaron más por bastante menos, en medio mundo. A Kate Moss le robaron esa foto, esnifando. Se la arrancaron de su intimidad y la despidieron de aquí y de allá. Hasta pretendían detenerla. No buscaba invitar a los jóvenes del planeta a coca. Cada uno mete su nariz, inconsciente, donde quiere. Su caso es triste, pero era ella la que se ponía ciega y se mataba. Mientras que al bailaor, por otra ceguera, la de la justicia, encima le quitaron lo bailao. Y así se quedó: tan farruco. cesar.casal@lavoz.es