¿Qué razones de oportunidad?

JOSÉ JAVALOYES

OPINIÓN

16 ene 2005 . Actualizado a las 06:00 h.

MUCHO de confusa y poco de ejemplar tiene la actual relación de Rabat con Madrid. Persisten la plaga de las pateras y el flujo del hachís. No levanta la sombra de la tropa terrorista jerifiana y sus opacos entornos. Subsiste la presión rabatí de que España valide sus tesis sobre el Sáhara, tal que si la Marcha Verde de 1975 fuera manantial de derechos, y no la primera desestabilización islámica del status quo internacional en los tiempos actuales. Poco le importó a Mohamed VI la buena relación familiar con la Casa Real para tensar como tensó la pasada crisis, al retirar a su embajador y echar el pulso de Perejil. No acabó de normalizar hasta la Moncloa que trajo el 11-M. La asimetría institucional de los poderes (absolutismo islámico frente a monarquía parlamentaria) fue aceptada con baremo francés por Rodríguez. Consiguió éste con su opción por Francia que Marruecos nos supliera como aliado en la preferencia de EE.?UU. ¿Es acaso la doble obsecuencia, con París y Rabat, razón bastante para la visita oficial de los Reyes a Marruecos que comienza hoy? Una visita precedida de la de Felipe González y Carlos Slim, con sus negocios, y alfombrada de condecoraciones para la familia reinante en el país de la zalema, su Corte y su Gobierno. No es perceptible razón que explique una visita de Estado como la que se hizo en 1979: ocasión en la que pude escuchar de Hasán II que se habían acabado para siempre los problemas con España. No se advierte novedad para viajes celebratorios; tampoco empeoramiento que precise la intercesión del Rey, como sucedió con la visita a Bush en Texas. Don Juan Carlos es el más extraordinario activo de que dispone España para su diplomacia. Recurso así no debe gastarse en diplomacia ordinaria, y menos aun de partido. Lo llevarán a Tetouan, para que así lo vea, escrito a la francesa, y Moratinos, regresado al fin de los mares del tsunami, al descifrarlo, presuma de don de lenguas.