Ana y Víctor

CÉSAR CASAL GONZÁLEZ

OPINIÓN

22 ago 2004 . Actualizado a las 07:00 h.

ELLA, rojo sangre, boca enorme. Él, de negro inmaculado y con el deje de la mina (Puxa Asturies). Las voces plenas, el concierto, redondo. Fue en el Coliseo coruñés y su acústica principal de cortinones que harán época. Sonó como en un disco. Son dos profesionales. Mejor dicho, once con los nueve músicos. También el hijísimo al teclado. Los metales, todos de oro no como España en la Olimpiada. Da gusto encontrarse profesionales, gente que disfruta el oficio. Ana Belén y Víctor Manuel se conocieron en A ?Coruña, año 71. Tuvieron guiños a la actualidad, siempre comprometidos y entrometidos, el periodista José Couso asesinado en el Hotel Palestina por apuntar a un tanque americano con ¡una cámara!, «en Lugo, eso es asesinato». Ana, teatral, «nada sabe tan dulce como tu boca». Ellos dos saben hacer a lo único que aspiro: que digan que hago bien mi trabajo. Me lo enseñó mi padre, que lo hizo durante más de cuarenta años. Mejor nos iría a todos si nos encontrásemos en el banco y la tienda a profesionales así. Estos dos, del jardín, hierbabuena. Gozoso ver cómo la gente vibró con el Nunca máis y con la Puerta de Alcalá, sin matices. Estos dos peces se van a morir por la boca, de tanto cantar. cesar.casal@avoz.es