El factor religioso en Irak

| GONZALO PARENTE |

OPINIÓN

06 mar 2004 . Actualizado a las 06:00 h.

LOS ÚLTIMOS atentados contra los fieles chiíes que celebraban la fiesta del martirio del nieto de Mahoma en las mezquitas de Karbala, Bagdad, Basora y en Pakistán, demuestran hasta qué punto la llamada resistencia está dispuesta a provocar un guerra civil-religiosa, en la que intervengan también Irán, Pakistán e Irak, cuando en junio la soberanía de Irak pase a su pueblo. Ha habido atentados muy diversos, contra la ONU, las fuerzas de ocupación, los cuarteles de la policía, etcétera, pero ahora está claro que las bombas van dirigidas a provocar el enfrentamiento religioso entre las dos ramas del Islam. Se pretende iniciar la lucha por el poder en Irak entre los suníes y los chiíes, dejando a un lado a los kurdos con su autonomía en los territorios. Teniendo en cuenta que el régimen baazista de Sadam, de religión suní, había marginado a la comunidad chií, que representa el 60% de la población a quienes no se les permitía celebrar sus fiestas, podemos comprender el enorme valor del factor religioso en los futuros acontecimientos de Irak. Es el peso político de ambas comunidades ante las venideras elecciones para gobernar el país con la nueva Constitución. No se trata pues del pasado, es más preocupante lo que va a venir. Irak se ha convertido en un campo de batalla experimental para todo el Oriente Medio, allí se están jugando la vida y muerte de los creyentes islámicos, hermanos separados del mismo tronco que van a luchar por el poder, pero también por una nueva forma de vivir. Las bombas en las mezquitas, los asesinatos en ambos bandos lo atestiguan, provocaciones y venganzas son los pasos que conducen a la guerra civil en Irak. ¿Por qué en las mezquitas? Porque allí están los de un bando solo, sin mezclarse, los suníes ortodoxos y los chiíes renovadores. Esa es la grieta que rompe la unidad del pueblo de Irak y que está aprovechando Al Qaida.