Para enviar preguntas: HOY, la palabra chocolate nos sugiere algo sólido, pero en sus orígenes era una bebida (xocalatl significa agua amarga en azteca), a la que también se añadió vainilla y azúcar. El chocolate contiene más de trescientos compuestos químicos distintos, entre ellos dos estimulantes: la cafeína (a la que ya he dedicado un qué es, 15-9-2002) y la teobromina. La teobromina es similar a la cafeína y debe su nombre al del árbol del cacao (Theobroma cacoa, alimento de los dioses). Además, el chocolate tiene feniletilamina, FEA, (entre 50 y 100 mg por cada 100 gramos), la sustancia química que mayor probabilidad tiene de producir el efecto de bienestar que sienten los comedores de chocolate. La FEA se puede sintetizar en el laboratorio a partir de amoníaco. Es un líquido aceitoso que huele a pescado. Si se le inyecta a una persona, aumentan el nivel de glucosa en sangre y la presión sanguínea. La combinación de estos dos efectos produce una sensación de bienestar y la impresión de estar más despierto. Además, puede que la FEA desencadene la liberación de dopamina, la sustancia química del cerebro que hace sentirnos felices. Nuestro organismo produce FEA de forma natural, a partir del aminoácido esencial fenilamina. El nivel de FEA natural varía; aumenta cuando estamos sometidos a estrés. El exceso de FEA constriñe las paredes de los vasos sanguíneos del cerebro y puede provocar un fuerte dolor de cabeza en las personas sensibles al chocolate, que no son capaces de producir suficiente cantidad de la enzima que se encarga de eliminar la FEA. Termino con una curiosidad sobre el chocolate con leche. Fue el químico suizo, Henri Nestlé, quien produjo en 1876 las primeras tabletas, añadiendo leche condensada para aligerar el fuerte sabor del chocolate y acercar el producto a los niños. Más química positiva. Soy diabético desde hace 20 años, y desde hace 15 me estoy inyectando insulina una vez al día. Diariamente necesito la insulina, el dispositivo para inyección (PEN) y una aguja. Hasta ahora he estado muy satisfecho con el material proporcionado para tales fines por la Seguridad Social en mi centro de salud. Pero últimamente están dando unas agujas de peor calidad. Para nosotros los diabéticos es muy importante poder contar con buen material, de calidad y fiable, para poder controlar lo mejor posible nuestra enfermedad. De modo que me gustaría que nos volvieran a suministrar las agujas de antes. Sé que es una petición fácil de llevar para la Administración, y que nos beneficia a todos grandemente. A Coruña. Quiero creer que nuestro ordenamiento jurídico, existe una ley que impida una moción de censura apoyada en motivaciones falseadas, engañosas o fraudulentas para evitar que personas carentes de todo escrúpulo puedan echar fuera a un alcalde elegido democráticamente por quienes representan a la mayoría del pueblo, y poner en su lugar a otro que perdió la mayoría en las elecciones municipales. Si esa ley no existe, los ciudadanos honestos estamos indefensos ante las artimañas de ciertos políticos amorales que no dudan ni un segundo en traicionar a sus votantes, y hacer caso omiso de las directrices y pactos que firman sus propios partidos. Llegado el caso, nada les importa que su propio partido los expulse, porque el único partido al que pertenecen es al de su propio afán de beneficio económico. Al pan pan, y al vino vino. Si en Sada hay una moción de censura es porque hay dinero de por medio. Nuestro dinero. Cualquier explicación que nos quieran vender es otro engaño más. Que cada cual saque sus propias conclusiones. J. N. G . Sada. En los últimos tiempos se está haciendo endémica entre la emigración gallega, preferentemente en aquellos países americanos que están afectados por graves crisis económicas y donde los gallegos y gallegas son un colectivo muy numeroso, la tendencia de determinados partidos políticos de enviar allá sus principales dirigentes a la captación de votos para sus siglas electorales. Esto no tendría nada de raro en circunstancias normales. Pero lo que resulta original y llamativo es el método utilizado para congregar a estos ciudadanos. Se les invita al acto determinado con una tarjeta personal para asistir gratuitamente a un banquete, corriendo a cargo del partido invitante los costos de la cuchipanda. Cuando menos, este tipo de operaciones llama poderosamente la atención y suele sembrar dudas sobre el origen de los recursos concurrentes y del sugestivo método de captar la voluntad ciudadana. Andrés Beade Dopico. Ex-vicepresidente del Instituto Argentino de Cultura Gallega.