El Estado, imbéciles, el Estado

| FERNANDO ÓNEGA |

OPINIÓN

17 nov 2003 . Actualizado a las 06:00 h.

MENOS MAL que habló Rajoy. Digo «menos mal» porque antes se habían pronunciado otros portavoces del Partido Popular, y daban ganas de responderles a gritos, imitando el dicho americano: «El Estado, imbéciles, el Estado». Esos portavoces, cuyo nombre no hace falta citar, porque todos los hemos visto en televisión, reducían los resultados de las elecciones catalanas a la derrota del socialismo. Llevan tan dentro el combate electoral y están tan aferrados al poder que para ellos es bueno todo lo que suponga cerrar las puertas de Moncloa a Zapatero. Les importan muy poco, al menos en su apariencia pública, los riesgos que las urnas hayan aportado a la unidad de España. Mariano Rajoy, por lo menos, apuntó a ese riesgo. Y expresó su temor de que un excesivo peso de Esquerra Republicana, visible en la redacción de un nuevo Estatuto de Autonomía, suponga un apoyo al plan Ibarretxe. Totalmente de acuerdo. Es más: habrá que decirle al candidato del PP que puede ir contando con eso. Cualquier combinación política que se haga en Cataluña dará como resultado un nuevo Estatuto. Y el que, por ahora, puede imponer más condiciones es un señor, Carod-Rovira, que ayer se confesaba independentista y aspira a un modelo como Luxemburgo. Es decir, que va más allá que Ibarretxe. Con esos toros tendrá que lidiar cuando alcance la Presidencia del Gobierno. La única duda que deja Rajoy es la que plantea su bronca a Zapatero por haberse mostrado dispuesto al pacto de las izquierdas. Le parece incompatible con la vocación nacional del PSOE. Pero aquí vuelve a aparecer la tentación partidista del PP. Lo que le importa es que el PSOE no toque poder. Porque vamos a ver: las posibilidades de gobierno estable en Cataluña son cuatro: gobierno de concentración, que plantea Carod; gran coalición CiU-PSC; alianza nacionalista y pacto de izquierdas. Las dos primeras parecen poco probables, aunque en política no hay nada imposible. Entre las dos últimas, ¿cuál es preferible? Planteado de otra forma: ¿Cuál aleja más de Cataluña el fantasma de Ibarretxe? Desde luego, la alianza nacionalista, no. La único que puede unir a CiU y Esquerra es la voluntad de avanzar en la autonomía, y el domingo se escuchaban gritos de «Mas president, Catalunya independent» en el hotel donde Pujol, Mas y Durán celebraban su triunfo. En cambio, el pacto de izquierdas -que además reúne un mayor número de votos- tiene otros ingredientes. En condiciones normales, sería preferible ver a un partido independentista aliado con otro que predica la unidad de España, que a los nacionalistas haciendo bloque. El País Vasco se empezó a perder justamente el día que el PSOE renunció a formar gobierno.