01 ago 2003 . Actualizado a las 07:00 h.

LEO que hay salarios de verdad, de esos que valen la pena, y los ganan personas dotadas de alguna habilidad especial. Raúl González obtiene 11,4 millones de euros al año con la destreza de sus pies. Javier Sardá ve recompensada con 9 millones su pericia al hacer la mejor telebasura de España. Quizá por delante de ellos figura Antonio Banderas, que cobra unos 15 millones por película, buena o mala, da igual. Luego aparece algún banquero, que, para no desbaratar la tradición, demuestra sus aptitudes económicas situándose bien en el ranking (Alfredo Sáenz, 4,8 millones). Y por supuesto también están algunos toreros como El Juli (4,8) o deportistas como el tenista Juan Carlos Ferrero (4,8) o el golfista Sergio García (4,2). Ganancias que merecen ese nombre y que casi nos parecen tan merecidas como las infinitesimales que nosotros conseguimos llevar a casa a duras penas. Se puede echar en falta en la lista a científicos o intelectuales, pero no nos engañemos: no están los tiempos para que se les dedique tanto tiempo ni tanto presupuesto como a esas criaturas privilegiadas que nos atiborran de entretenimiento y nos alienan candorosamente ante un televisor. Nada que ver. Son los nuevos tiempos.