Agarrados al centro

|JUAN CARLOS MARTÍNEZ

OPINIÓN

17 sep 2002 . Actualizado a las 07:00 h.

CUENTA LA fábula que el rey le preguntó al joven cortesano, para probarlo: «¿Dónde está el centro del mundo?». Y el aprendiz de ministro le contestó sin vacilar: «Debajo de donde pisan vuestros pies, majestad». Desde aquellos remotos tiempos de Maricastaña, el poder se ha sentido en el centro del mundo. Pero vino la democracia y se movieron los tronos. Y los poderes necesitaron rodearse de extremos para seguir centrados. Qué bien le viene al PNV un extremo independentista, por un lado, y uno españolista, por el otro, para estar en el centro de ese mundo que es el País Vasco. Y qué prisa se da en el intento de que nada cambie, más que ese escaso cambio que vienen produciendo allí las elecciones en los últimos años. A todo se acomoda el que se agarra al centro, incluso a convivir con la muerte. Heinrich Böll lo decía a su manera: «La izquierda tiene su ala derecha, la derecha su ala izquierda; oigo murmullo de alas, pero sé que ningún pájaro se elevará por los aires».