La Biblia a coro

JUAN J. MORALEJO

OPINIÓN

17 ago 2002 . Actualizado a las 07:00 h.

MI VOCACIÓN de rollista no tiene recorte en memorias que necesitan cuarenta gigas en el disco duro que tengo bajo la calva. En el folio pasado quise hablar de Sor Julita y sus imágenes, pero me atasqué en una masacre coral de latines infantiles. Hoy sí habrá imágenes e historias que disfruté mogollón y que estoy seguro que mis colegas de Sor Julita me agradecerán que se las recuerde. Por la tarde Sor Julita nos sentaba a todos en una enorme grada, abría un hermoso álbum de Historia Sagrada, láminas enormes que ella iba pasando y nosotros berreábamos a coro lo que veíamos y ¡lo mejor! también las reacciones que las imágenes nos producían. Aprendías oyendo un par de años a los mayores y, ya veterano en las secciones tercera y cuarta, aprendían de ti los enanos de la primera y de la segunda. Matrícula de honor en eficacia pedagógica y de adoctrinamiento. Pónganse en escena y vean a la tierna turbamulta vociferando, primera lámina, La Creación y aplaudiendo la generosidad del Creador. La serpiente tentadora era recibida con abucheos y Adán y Eva expulsados del Paraíso se llevaban una sonorísima pita por insensatos. Otra lámina muy sentida era la de Abraham sacrificando a su hijo . Sabíamos que no se llegaba al degüello porque el ángel de la esquina estaba al quite, pero el ritual era que el coro infantil se espantase y se echase atrás, convencidos de que tu papá no era el más indicado para acuchillarte. José en Egipto era la historia más molona y José vendido por sus hermanos se acompañaba de un ruxe-ruxe censor de aquella panda de impresentables. La Biblia es resma de folios y abrevio. Nacía el Niño Jesús y llovían besitos y yo creo que los más devotos o más pelotas hasta fingían acunarlo. Imagínense, y quedarán siempre cortos, el pataleo ante la lámina en que Judas traicionaba a Jesús. La Resurrección era aplaudida con fervor y la Ascensión con adioses y pañuelos. Aprendizajes forever and ever de imágenes y de historias que, sumadas a otras experiencias culturales, nos ayudaron a ponernos ante el Pórtico de la Gloria y no ver allí una panda de tíos medievales haciendo sabe Dios qué y con un grupo musical encima; y nos evitaron ver, como el alumno de un examen reciente, un «toque o detalle ecológico» en la paloma que Miguel Ángel pintó sobre Padre e Hijo en la Sixtina. Por supuesto que no predico tiempos pasados, pero recuerdo algo bueno que tuve en los míos, aunque reconozco que le han dado una cultura mucho más viva y actual al alumno que, ante La fragua de Vulcano de Velázquez, responde que «la Virgen se aparece a los trabajadores del metal». A fin de cuentas, Vulcano es un dios falso y su fragua no llega ni a pyme , mientras que los trabajadores del metal son carne viva de la Cultura más urgente. Y, si se les aparece alguien que no es ni Méndez ni Fidalgo, pues tendrá que ser alguien que al alumno, en las campanas que oye sin puñetera idea de hacia dónde cae el campanario, todavía le suena a aparecible y milagrera.